Mientras dos chicos de 17 años pescaban en un arroyo cercano, vieron la entrada de una de las cavernas del lugar conocido como Linville Caverns que había sido descubierta siglos antes. Por curiosidad, los chicos entraron a la caverna de la montaña con la ayuda de una lámpara de aceite. Comenzaron a aventurarse y descubrir nuevas profundidades de las cavernas, pero llegó un momento inesperado cuando se les acabó el aceite. En el preciso momento que se les apagó la lámpara, fueron apoderados por una oscuridad total que parecía perpetua. Afortunadamente, pudieron salir de la oscuridad usando sus dedos para sentir las corrientes de agua y volver a los pasos donde ellos habían comenzado su viaje.

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En la vida cristiana, la experiencia de solo ver la oscuridad total, la cual parece ser perpetua, no es una experiencia agradable. Tal vez, eres alguien que ha hecho todo lo que un cristiano debe hacer para agradar a Dios, pero continuas enfrentándote a una oscuridad total. Puede ser que hayas usado tus dedos para sentir las corrientes de agua para volver a los pasos de ese lugar donde comenzaste tu vida cristiana donde una vez sentiste gozo, paz y satisfacción. Pero tal vez, desafortunadamente, a pesar de hacer todo lo que Dios requiere de ti, sientes aún más cerca la oscuridad. Has sentido que la oscuridad es tu mejor amiga. 

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En el Salmo 88, vemos cómo Hemán, un hombre de Dios, sentía que la oscuridad era su mejor amiga (Salmos 88:18). Hemán era un seguidor de David y un líder de músicos y poetas (1 Crónicas 6) que había escrito partes de los Salmos 40 y 80. Era alguien que oraba día y noche (Salmos 88:1), cada día (Salmos 88:9), y por las mañanas (Salmos 88:13 LBLA). Pero interesantemente, Hemán termina diciendo, la oscuridad es mi mejor amiga (Salmos 88:18). Aún siendo un hombre de Dios, sintió que su mejor amiga era la oscuridad y no Dios. 

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El Salmo 88 nos muestra que, como seguidores de Cristo, siempre estaremos enfrentando la oscuridad sin importar lo “cristiano” que estemos viviendo nuestras vidas, y sin importar la cantidad de buenas obras que estemos haciendo. Este capítulo nos muestra que el sol no siempre saldrá mañana. Sentiremos dolor en nuestra soltería y en el matrimonio. Nuestra vida financiera no saldrá como lo esperamos. Las personas que amamos se enfermarán y morirán. En este mundo, sentiremos que la oscuridad es nuestra mejor amiga. 

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Pero la buena noticia es que Dios nos da permiso para ser honestos con Él en medio de nuestra oscuridad. En el texto, Hemán es muy honesto con Dios y no pone ninguna reserva a sus quejas (Salmo 88:6-8, 14-16). Este tipo de oración está llena de honestidad y hasta las quejas como las de Hemán son permisibles porque están registradas en la Biblia. Dios no las censuró. De la misma forma, puedes hablar a Dios como lo hizo Hemán, con palabras honestas, y hasta quejándote ante Él. De hecho, Dios desea que tú hables con Él de esta forma. Dios quiere tu honestidad, porque la honestidad cultiva la intimidad.

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En este capítulo, Hemán pensó que él estaba escribiendo su propia historia al escribir esta oración a Dios sin poder ver la esperanza. Pero lo que no vio fue cómo Dios estaba escribiendo su historia. La realidad es que Dios escribió la historia de Hemán para mostrarnos lo que Jesucristo hizo por nosotros. Hemán pensó que él había enfrentado la oscuridad total y perpetua al decir, “la oscuridad es mi mejor amiga”. Pero la realidad es que Jesús enfrentó la oscuridad total, cósmica y suprema en la cruz (Lucas 23:44 dice, “ Ya era alrededor del mediodía, y la tierra se llenó de oscuridad...”).   ​

Si eres un cristiano, la buena noticia es que nunca enfrentarás la oscuridad total y perpetua porque Jesús enfrentó la oscuridad cósmica y suprema en la cruz para ser la luz que brilla cuando sientes que la oscuridad es tu mejor amiga. De la misma manera que Dios usó la historia oscura de Hemán para demostrar lo que Jesús hizo por nosotros, Dios usará la historia de tu oscuridad para que otros puedan llegar a conocer la luz de este mundo quién es Jesucristo.