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STEGE_devocional_-_Mi_Pastor_de_purifica

DIOS MI PASTOR DE PURIFICACIÓN

Los pastores también llevaban a sus ovejas a aguas tranquilas para limpiar las heridas y lavar la suciedad que estas tenían.

1 El Señor es mi pastor, nada me falta; 
2 en verdes pastos me hace descansar. 
Junto a tranquilas aguas me conduce… — 
Salmos 23:1-2 (NVI)

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Samuel E. Seo, Th. M.  |  28 de julio 2020

La descripción de David sobre cómo Dios le conduce a “tranquilas aguas” como su Pastor es una hermosa metáfora que se refiere a la obra que Dios hace para sostenernos físicamente. Es una ilustración de cómo Dios guía nuestras vidas hacia el agua para obtener una provisión continua, la cual es una de nuestras necesidades más fundamentales. David menciona ambos, los “verdes pastos” y las “tranquilas aguas” para mostrar la completa atención que Dios tiene por nuestro bienestar. La “completa” naturaleza de Su preocupación nos asegura que, si la muerte se nos acerca, podemos estar seguros de que es por un bienestar superior y más completo del que tengo en este momento.


La purificación de nuestras heridas emocionales
Sin embargo, esta metáfora de cómo Dios nos conduce a aguas tranquilas puede llevarse aún más lejos. Los pastores no solo llevaban a sus ovejas a aguas tranquilas para darles agua, sino que también usaban el agua para limpiar las heridas y lavar la suciedad que estas tenían. Del mismo modo, Dios también nos lleva a las aguas tranquilas para limpiarnos y sanarnos de nuestras heridas emocionales con Su “agua”, es decir, Su “palabra” (cf. Efesios 5:26). En tiempos de angustia y dolor emocional, Dios nos lleva a encontrar Su más hermosa y perfectamente apropiada Palabra en momentos inesperados para sanar nuestras heridas y refrescar nuestras almas.


La purificación de nuestros pecados
No solo eso. Dios, en el viaje de nuestra vida, nos lleva hacia las aguas tranquilas donde a través de las aguas podemos ver nuestro propio reflejo y descubrir la inmundicia de nuestro pecado ante la santa presencia del Pastor. De esta manera, Él logra usar Su “agua y sangre” (Juan 19:34) para lavarnos y purificarnos de nuestros pecados. Dios nos lleva a momentos de la vida en los que nos damos cuenta de cuán pecaminosamente rotos, culpables, inútiles y sin esperanza estamos sin Jesús. Solo cuando nos damos cuenta de estas cosas es que podemos confesar nuestros pecados para ser purificados de nuestra inmundicia con el agua y la sangre de Jesucristo. 


La purificación para ser dignos del Pastor perfecto
Dios nos lleva hacia las aguas tranquilas para que, al purificarnos, podamos ser dignos del Pastor perfecto. Ser parte del rebaño de Dios tiene que ver con mucho más que simplemente estar bien alimentado y protegido; pertenecer al rebaño de Dios implica estar purificado y dignificado en la presencia de Dios santo. Dios el Pastor seguirá obrando sin descanso para llevarme a aguas tranquilas porque Su objetivo es hacernos más conformes a la imagen de Cristo (Romanos 8:28-30). 


¿Alguna vez, de una manera inesperada, te has encontrado con la Palabra de Dios que te ha dejado sorprendido por lo apropiada que era para ese momento de angustia emocional? Es el Señor quien te ha llevado a limpiar tus heridas del corazón usando las aguas de Su Palabra. ¿Alguna vez te has encontrado en un momento de tu vida donde te has dado cuenta de la profundidad de tus pecados? Es el Señor que te ha llevado a las aguas tranquilas para mostrarte tu propio reflejo y para hacerte reconocer tu estado pecaminoso. Esto es para que, a través de la confesión de tus pecados, Dios pueda purificarte a través del agua de la sangre de Jesús. Si realmente eres una oveja de su rebaño (Juan 10:14), entonces Dios te purificará aun a través de todo lo bueno y lo malo que ocurra en tu vida. Él siempre te guiará para renovarte con las aguas tranquilas de Su Palabra escrita (Salmos 119:50) y Su Palabra encarnada: Jesucristo (Juan 1:14).  

Copyright © 2020 por Samuel E. Seo. 

A menos que se indique lo contrario, todas las citas bíblicas han sido tomadas de la versión LA BIBLIA DE LAS AMERICAS® (LBLA), Copyright © 1986, 1995, 1997 por The Lockman Foundation usado con permiso. www.lbla.com.

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