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LA COBARDÍA Y SUS EFECTOS ETERNOS

Mientras que la cobardía tiene terribles efectos eternos de muerte, la valentía tiene efectos eternos de vida si nos acercamos a Jesucristo.

3 Entonces oí una gran voz que decía desde el trono: «El tabernáculo de Dios está entre los hombres, y Él habitará entre ellos y ellos serán Su pueblo, y Dios mismo estará entre ellos....5 El que está sentado en el trono dijo: «Yo hago nuevas todas las cosas». Y añadió: «Escribe, porque estas palabras son fieles y verdaderas»…7 El vencedor heredará estas cosas, y Yo seré su Dios y él será Mi hijo. 8 Pero los cobardes, incrédulos, abominables, asesinos, inmorales, hechiceros, idólatras, y todos los mentirosos tendrán su herencia en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda».  Apocalipsis 21:3, 5, 7-8 (NBLA)

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Jong Hyuk Park,  M. D.  |  07 de julio 2022

Temor en un embarazo
En un corto documental colombiano, había una madre, a quien le cambié el nombre para protegerla. Laura, tenía un embarazo de alto riesgo debido a que vivía bajo un puente entre ratas y era adicta a la cocaína. Aunque pudo dar a luz a una hermosa niña, lloraba triste y preocupada porque no se veía capaz de dejar las drogas y criar a su hija. Debido a su temor de no poder dejar las drogas, eventualmente terminó abandonando a su hija en el hospital.


Como esta historia, y mediante sus palabras proféticas, el libro de Apocalipsis demuestra que las consecuencias de rechazar la voluntad de Dios por el miedo que sentimos son terribles por tres diferentes razones. 

#1. La consecuencia de la cobardía es una eterna separación de Dios en el infierno
En primer lugar, este pasaje dice “pero los cobardes, incrédulos, abominables, asesinos, inmorales, hechiceros, idólatras, y todos los mentirosos tendrán su herencia en el lago que arde con fuego y azufre”. En otras palabras, nos enseña que las consecuencias de la cobardía son peores de lo que imaginábamos pues todos los que por temor rehúsan hacer el bien y la voluntad de Dios irán al infierno donde se les concederá su deseo de ser cobardes por la eternidad. Por tanto, es importante tener en cuenta que todas las veces que actuamos cobardemente corremos el riesgo de ser enviados a un lugar, donde las personas sufren tormento día y noche y están eternamente separados de Dios, en un lugar donde no está Dios ni tienen un Padre.

#2. La cobardía hace que pequemos aún más
En segundo lugar, las consecuencias de la cobardía son terribles en vista de que, como una plaga que se pega a nosotros, nos hace pecar aún más. En todo pecado de incredulidad, asesinato, infidelidad, pornografía, idolatrías y mentiras, el pecado de la cobardía está ahí. Piensen sobre esas veces que pecaron, ¿no estaba ahí el temor de los hombres?, ¿el temor de qué pasará si otros se burlan de mí o cómo viviré si dejo atrás a mis ídolos del dinero o la pornografía? 

#3. Dios nos llama a vivir con valentía por la eternidad
Finalmente y en tercer lugar, las consecuencias de la cobardía son terribles dado que estaremos despreciando y rechazando la infinita oportunidad que Dios nos ofrece. El versículo 3 dice que es en la ciudad de Dios, la nueva Jerusalén donde “Él habitará entre ellos y ellos serán Su pueblo”. Esto es sumamente importante en vista de que la Presencia de Dios es la fuente de valentía de aquellos que creen en Él. 


Por ejemplo, Isaías 41 dice: “No temas porque yo estoy contigo” (v. 10) y Salmos 23 dice: “Aunque pase por el valle de sombras de muerte, no temeré mal alguno, porque Tú estás conmigo” (Sal. 23:4). Es decir, según la Biblia, la razón por la cual otros no temieron fue debido a la Presencia de Dios. Por tanto, si aceptamos ser cobardes, estaremos no solamente condenándonos a nosotros mismos sino que estaremos también rechazando el infinitamente superior llamado de Dios, el llamado a no morir eternamente en cobardía sino a vivir eternamente como valientes junto a Él. 

El llamado de Dios a valientemente arrepentirnos
La tragedia de todo esto es que todos hemos sido como la madre, quien por miedo a dejar el ídolo de las drogas, rechazó hacer la voluntad de Dios. Somos por naturaleza cobardes y tememos dejar atrás nuestros ídolos y pecados. Nuestra única esperanza es Jesucristo, quien dice: “He aquí, yo hago nuevas todas las cosas” (Ap. 21:05). Solo Él nos puede limpiar y cambiar nuestra naturaleza pecaminosa y de cobardía. 


Pero esto requerirá valentía pues, así como cuando nos acercamos a una lámpara, Dios nos mostrará lo horrible que somos y nos ordenará hacer lo que tanto tememos hacer: botar los ídolos de nuestros corazones. En esos momentos desearemos vilmente escapar nuevamente en cobardía. Pero hermanos y hermanas, Dios nos exhorta a que seamos fuertes y valientes tanto ahora como por la eternidad. Nos ordena que rechacemos la cobardía, luchemos por ser rebeldes al mundo y perseveremos en entrar a Su reino para así poder escuchar las increíbles y poderosas palabras de Dios, palabras que retumbarán en nuestros oídos por la eternidad: “No temas, porque Yo estoy contigo; No te desalientes, porque Yo soy tu Dios. Te fortaleceré, ciertamente te ayudaré, Sí, te sostendré con la diestra de Mi justicia” (Is. 41:10 [LBLA]). Amén.

Copyright © 2022 por Jong Hyuk Park

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