LA LUCHA ESPIRITUAL
Si eres parte de la familia de Dios, siempre saldrás victorioso porque Dios ganó y gana todas las batallas.
10 Una palabra final: sean fuertes en el Señor y en su gran poder.
11 Pónganse toda la armadura de Dios para poder mantenerse firmes contra todas las estrategias del diablo.
12 Pues no luchamos contra enemigos de carne y hueso, sino contra gobernadores malignos y autoridades del mundo invisible, contra fuerzas poderosas de este mundo tenebroso y contra espíritus malignos de los lugares celestiales.
— Efesios 6:10-12 (NTV)
16 Estaba asombrado al ver que nadie intervenía para ayudar a los oprimidos.
Así que se interpuso él mismo para salvarlos con su brazo fuerte, sostenido por su propia justicia.
17 Se puso la justicia como coraza y se colocó en la cabeza el casco de salvación.
Se vistió con una túnica de venganza y se envolvió en un manto de pasión divina.
— Isaías 59:16-17 (NTV)
Daniel E. Seo, Th. M., MABC | 1 de septiembre 2022
¿Eres alguien que vive en el ciclo de la tentación y condenación? ¿Eres alguien, que, al caer en ciertas tentaciones, escuchas las voces de condenación constantemente como una melodía distorsionada que ahoga tus afectos para el Señor? Si vives en este ciclo de la tentación hacia la condenación, puede ser que estés viviendo completamente derrotado y hayas declarado, “no puedo tener la victoria aquí”. En un sentido, sientes que las flechas encendidas del enemigo han penetrado tu corazón, impulsándote a vivir confiando en tus fuerzas incapacitadas en vez de en las promesas de Dios.
En medio de todas estas cosas que sentimos, lo que es tan asombroso es cómo Pablo en Efesios describe que ya no debemos vivir derrotados porque Jesús ha vencido a Satanás, la muerte y el pecado. Con esto dicho, Pablo dice que debemos ponernos la armadura de Dios para estar firmes contra las insidias del diablo, porque nuestra lucha es contra el diablo (Efesios 6:12-13). Es interesante que Pablo usa la palabra “lucha” teniendo en mente el combate físico que se veía en las luchas grecorromanas. Él escogió usar esta palabra porque quería mostrar el tipo de cercanía que tiene la lucha espiritual de un cristiano contra el enemigo. Además, ya que el enemigo usa flechas encendidas para atacar el corazón del creyente con tentaciones y para condenarlo, Pablo decía que la responsabilidad más grande del cristiano es estar preparado para la batalla, teniendo puesta la armadura de Dios para detener estas flechas encendidas del diablo (Efesios 6:11).
Si hoy, eres alguien que siente una flecha encendida del enemigo enterrada en tu corazón, puede ser que hayas perdido la esperanza que una vez tuviste en Jesucristo. Puede ser que esa flecha ha estado quemando tu corazón, y sientes que tu vida espiritual se está volviendo cenizas. Tal vez, sientes que tu alma es como un carbón encendido donde puedes ver las capas quemadas despegar con el viento. Si te encuentras en este estado de derrota, Dios te dice, “Levántate. Busca mi amor, mi perdón, y ponte mi armadura”.
Lo que es interesante sobre esta armadura de Dios es que en el Antiguo Testamento, Isaías también la menciona. Isaías decía que del tocón de la familia de David, el Mesías iba a nacer, para derrotar el pecado, la muerte y a Satanás (Isaías 11:1; 59:16-17). Como resultado, cuando Pablo habló de la armadura de Dios, él estuvo pensando en las palabras escritas por el profeta Isaías diciendo que hoy, metafóricamente, puedes ponerte la armadura que Jesucristo se puso para derrotar a Satanás, el pecado y la muerte.
¿Estás luchando con la misma tentación? ¡Ponte la armadura de Jesús para que puedas ser victorioso y tomar la salida de tu tentación (1 Corintios 10:13)! ¿Estás escuchando las voces de condenación una y otra vez? ¡Ponte la armadura de Jesús para que puedas ser victorioso (Romanos 8:1)! Si eres parte de la familia de Dios, siempre saldrás victorioso porque Dios ganó y gana todas las batallas.
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