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LO QUE REALMENTE MERECEMOS DE DIOS

Merecemos la infinita ira de Dios porque hemos negado vivir como Dios desea y porque continuamente formamos ideas distorsionadas de Él.

18 Pero Dios muestra su ira desde el cielo contra todos los que son pecadores y perversos, que detienen la verdad con su perversión.
19 Ellos conocen la verdad acerca de Dios, porque él se la ha hecho evidente.
20 Pues, desde la creación del mundo, todos han visto los cielos y la tierra. Por medio de todo lo que Dios hizo, ellos pueden ver a simple vista las cualidades invisibles de Dios: su poder eterno y su naturaleza divina. Así que no tienen ninguna excusa para no conocer a Dios.
21 Es cierto, ellos conocieron a Dios pero no quisieron adorarlo como Dios ni darle gracias. En cambio, comenzaron a inventar ideas necias sobre Dios. Como resultado, la mente les quedó en oscuridad y confusión. —
Romanos 1:18-21 (NTV)

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Jong Hyuk Park,  M. D.  |  31 de mayo 2023

Ilustración
Elie Wiesel, relata en su libro Noche cómo aproximadamente a los catorce años fue enviado a una prisión nazi llamada Auschwitz. Aunque él y su padre se salvaron de ser enviados al horno, relata cómo los nazis quemaron a su madre y sus hermanas. Enojado, Elie dice que cuando escuchó a su padre intentar orar y adorar a Dios pensaba: “¿Por qué debería alabar Su nombre? Dios escogió estar callado. ¿Sobre qué le iba yo agradecer?”. Elie sentía un profundo enojo porque no podía imaginar a un Dios que fuera Bueno y aun así estuviera permitiendo que tanta gente sufriera.


Merecemos la ira de Dios porque continuamente nos negamos a vivir como Él desea
Como Elie, cuando vemos la miseria alrededor decimos que o “Dios no existe” o “Dios no es Bueno”. Sin embargo, si viéramos la Palabra de Dios descubriríamos totalmente lo contrario: que Dios es infinitamente bueno.


Por ejemplo, si vemos Romanos 1:18 este dice: “Pero Dios muestra su ira desde el cielo contra todos los que son pecadores y perversos, que detienen la verdad con su perversión”. Aquí, es importante entender la frase “detienen la verdad”. En primer lugar, la verdad hace referencia a la Palabra de Dios que puede ser o no obedecida. Por eso, Romanos 2:8 dice: “pero derramará su ira y enojo sobre los que viven para sí mismos, los que se niegan a obedecer la verdad […]”. En segundo lugar, la palabra “detener” implica suprimir o no dejarse cambiar por. Es como un niño, quien a pesar de un tío que le advierte que no insulte a su madre, el niño, lleno de odio y maldad, se niega a ser cambiado por las palabras de su tío para dejar de insultar a su madre. Por lo tanto, no nos debería sorprender si el tío entonces reacciona con una ira santa ante esta reacción.


Así como el niño lleno de odio y maldad, cuando pecamos, detenemos y no permitimos que la verdad de Dios tome efecto en nuestras vidas. Esto explica por qué la ira de Dios arde contra todos los pecadores. Por tanto, si Pablo hubiese conocido a Elie tal vez le hubiese dicho: “Amado hijo, escúchame. No estás haciendo las preguntas correctas. No deberías estar diciendo: ¿Por qué Dios está callado mientras las personas sufren? No, deberíamos más bien estar preguntándonos: ¿Por qué no estamos todos, incluyendo los soldados nazis, ardiendo eternamente en el infierno por nuestros pecados? ¿Por qué seguimos vivos?


Merecemos la ira de Dios porque constantemente formamos ideas distorsionadas acerca de Dios
Adicionalmente, Pablo menciona que todo pecador merece la ira de Dios no solo porque suprime la Palabra de Dios sino también porque forma terribles ideas distorsionadas de Dios. El versículo 21 dice: “Es cierto, ellos conocieron a Dios, pero no quisieron adorarlo como Dios ni darle gracias. En cambio, comenzaron a inventar ideas necias sobre Dios. Como resultado, la mente les quedó en oscuridad y confusión”. A pesar de recibir inmerecidos vistazos de la profunda belleza de Dios a través de la creación, los humanos suelen más bien decir cosas como: “Dios no es Bueno. Dios no merece mi alabanza. Él se quedó callado cuando yo estaba sufriendo. Yo merecía que Él me respondiera. Por tanto, ¿por qué he de agradecerle?”. Aunque parecen razonables en ese momento, a la luz de la Palabra de Dios, realmente estas ideas son terriblemente necias y llenas de mentira.


Son ideas muy necias y distorsionadas porque a la luz de la cruz de Jesucristo, el pensar que Dios no es Bueno, o el pensar que merecemos siquiera una gota de la bondad de Dios es realmente un insulto contra Dios y una terrible mentira. Elie respondió de manera tan necia porque no creía en Jesús. Sin embargo, si creyera, hubiera podido ver que a pesar de que merecíamos todos arder eternamente en el infierno, aun así, Dios sí había hablado miles de años antes. Con un infinito odio por el pecado, Dios había suprimido (es decir, no se había dejado ser cambiado por) los llantos de Su Hijo en la cruz (Mateo 27:46) para poder aplastarlo con su infinita ira. Lo había aplastado porque nuestro Señor Jesucristo había decidido cargar sobre Sí mismo los pecados de todos quienes habían rechazado los mandatos de Dios.


Conclusión y aplicación
¿Cuáles son los tipos de pensamientos que se forman en nuestra mente acerca de Dios? Solemos pensar: ¿Dios no es bueno? ¿Tal vez que merecemos algo mejor? Sin embargo, si tú y yo hemos suprimido y rechazado los infinitamente buenos mandatos de Dios, ¿por qué pensamos que merecemos algo más que Su castigo? Si conocemos el infinito odio que Dios mostró contra el pecado en la cruz, ¿por qué insistimos en que Dios no es bueno? Si seguimos pensando así, continuaremos sufriendo en nuestra propia y perversa oscuridad. Es necesario tapar nuestras bocas en humillación y pedirle perdón a Dios porque hemos olvidado lo poco que merecemos de Su gracia.


Humillémonos, pues al hacerlo no solo descubriremos cuán indignos somos de Su gracia, sino también comenzaremos a poder ver cuán maravillosamente Bueno es Dios. Podremos ver las inmerecidas tormentas de lluvia y de gracia que Dios de hecho ha continuamente enviado a viles pecadores como nosotros. Por tanto, arrepintámonos bajo la cruz de Jesucristo para responder diferente a como Elie respondió esa noche, librémonos de nuestra arrogancia y de esas ideas tan necias que formamos acerca de Dios.

Copyright © 2023 por Jong Hyuk Park

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