top of page
STEGE devocional - Oración fracasada (Imagen).jpg

¿ORACIÓN FRACASADA?

La oración exitosa no simplemente pide y recibe; también reconfirma lo que Dios quiere y recibe la fuerza milagrosa para vivir de acuerdo con Su decisión final.

39 Él se adelantó un poco más y se inclinó rostro en tierra mientras oraba: «¡Padre mío! Si es posible, que pase de mí esta copa de sufrimiento. Sin embargo, quiero que se haga tu voluntad, no la mía». — Mateo 26:39 (NTV)

Profile-SamuelSeo.jpg

Samuel E. Seo, Th. M.  |  29 de diciembre 2022

Un día, un niño fue a visitar a su amigo en su casa. Le gustaba pasar tiempo jugando en la casa de su amigo porque tenía una inmensa cantidad de juguetes. Sus padres tenían mucho dinero y le compraban todo lo que él quería. Pero ese día, el niño encontró a su amigo muy enojado. Le preguntó qué le pasaba y le respondió diciendo que sus padres no le habían comprado un nuevo juguete que quería. Todo el día, cuando venían sus padres para ver cómo estaban jugando, su amigo actuaba frío con ellos.


Como este niño, hay momentos donde muchos de nosotros también actuamos de la misma manera ante Dios. Cuando Dios deja nuestras peticiones de oración sin respuesta o con una clara respuesta de no, nos frustramos. Nos enojamos con Dios. A veces dejamos de orar para herirlo por Su falta de amor y atención.


Una de las razones por la que actuamos así es porque creemos que la oración es simplemente para pedirle a Dios las cosas que necesitamos o queremos y recibirlas. El problema de este tipo de pensamiento es que tendríamos que concluir que la oración puede fracasar si Dios no nos responde. No solo eso, tendríamos que concluir que la oración más sincera en la Biblia de la única Persona perfecta e infinitamente digna para recibir cualquier cosa de Dios también fue un fracaso. La oración a la que me refiero es la que Jesús, como el Hijo de Dios, oró en el Monte de los Olivos justo antes de ser traicionado. Su oración fue: «¡Padre mío! Si es posible, que pase de mí esta copa de sufrimiento» (Mateo 26:39). Como ya sabemos, Su copa no pasó. Tuvo que sufrir en la cruz. Entonces, ¿fue un fracaso Su oración?

¿Por qué oró Jesús tres veces?
En Mateo 26:36-46, podemos ver que Jesús fue a orar no solo una vez sino tres veces a pesar de saber que Dios no dejaría pasar Su copa. Desde el principio, Jesús sabía que tenía que morir por la humanidad como el Cordero de Dios. Pero, aun así, Jesús fue a orar no sólo una vez sino tres veces. ¿Por qué?


Primero, Jesús fue a orar tres veces a pesar de saber que Su copa no pasaría porque sabía que la oración era un momento para reconfirmar no lo que Él quería, sino lo que Dios quería. Cuando Jesús oró diciendo: «¡Padre mío! Si es posible, que pase de mí esta copa de sufrimiento. Sin embargo, quiero que se haga tu voluntad, no la mía», el énfasis no estaba en la primera parte sino en la segunda parte: ¡no como yo quiera, sino como tú quieras! Jesús no era alguien que se priorizaba a Sí mismo. Él siempre dio prioridad a Su Padre, como Juan 14:13 que dice: Todo lo que pidan en mi nombre, esto haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo (Juan 14:13, NTV; ver también Juan 5:30).


Segundo, Jesús fue a orar tres veces a pesar de saber que Su copa no pasaría porque sabía que la oración era el milagro que le daba la fuerza para vivir lo que Dios decidiera. Después de orar tres veces, fue Jesús quien dijo «Levántense, vamos» a Sus discípulos no para huir, sino para enfrentar la multitud armada que se acercaba. Jesús sabía que la multitud venía a capturarlo y a llevarlo a sufrir el peor sufrimiento de la historia de la humanidad. Pero, aun así, enfrentó a la multitud con tal poder divino que, cuando se identificó ante la banda de soldados, ¡estos retrocedieron y cayeron al suelo! (Juan 18:4-6).

Conclusión
¿Tienes oraciones que todavía Dios te ha dejado sin respuesta? ¿Tienes oraciones que Dios claramente te dejó saber que Su respuesta es no? Debido a esto, de pronto crees que no tiene sentido orar más por otras cosas porque crees que otra vez Dios te dirá que no. De pronto sientes que no hay propósito en orar y pedir si la oración no te garantiza nada. Pero, este tipo de pensamiento revela tu entendimiento insuficiente de la oración. La oración es mucho más que pedir y recibir lo que tú buscas, lo que necesitas o lo que tú quieres. La oración de petición es un tiempo con Dios para reconfirmar no lo que queremos, sino lo que Dios quiere y recibir la fuerza milagrosa para vivir de acuerdo con la decisión final de Dios. Si entiendes la oración de esta manera, entenderás que Jesús no tuvo una oración fracasada. Al contrario, Su oración fue un éxito glorioso porque, a través de esas tres oraciones, pudo cumplir la decisión final de Dios de morir en la cruz por ti y por mí y salvarnos de nuestros pecados. Esta es la promesa de Dios para tus oraciones: Él te ayudará a abordar, vivir y cumplir con Su decisión final, la cual es siempre la mejor decisión posible para tu vida con Dios. Amén.

Copyright © 2022 por Samuel E. Seo.

bottom of page