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SI SOLO NO TUVIERA... ESTARÍA BIEN.

Deja que Dios use tu “lepra” para que Él pueda mostrarte Su amor, y al mismo tiempo, destruir y despojar tu orgullo para que puedas confiar en Él en humildad.

9 Entonces Naamán fue con sus caballos y carros de guerra y esperó frente a la puerta de la casa de Eliseo;
14 Entonces Naamán bajó al río Jordán y se sumergió siete veces, tal como el hombre de Dios le había indicado. ¡Y su piel quedó tan sana como la de un niño, y se curó!
15 Después Naamán y todo su grupo regresaron a buscar al hombre de Dios. Se pararon ante él, y Naamán le dijo:
—Ahora sé que no hay Dios en todo el mundo, excepto en Israel. Así que le ruego que acepte un regalo de su siervo.
16 Pero Eliseo respondió:
—Tan cierto como que el Señor vive, a quien yo sirvo, no aceptaré ningún regalo.
Aunque Naamán insistió en que aceptara el regalo, Eliseo se negó.

— 2 Reyes 5:9, 14-16 (NTV)

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Daniel E. Seo, Th. M., MABC  |  13 de marzo 2023

Todos hemos tenido algo que nos deshabilita y nos hace sentir impotentes. Llegamos a decir, “si solo no tuviera … estaría bien”. Las siguientes palabras son universales: “Si solo no tuviera este problema de matrimonio, de familia, este conflicto relacional, este problema financiero o en el trabajo, este hábito pecaminoso, este miedo que paraliza, este impedimento en la salud… estaría bien”. Las palabras “si solo no tuviera”, pueden fácilmente cegarnos de ver el propósito de Dios. Sin embargo, todos nuestros “si solo no tuviera” son una oportunidad para que podamos ver lo que Dios quiere hacer en nosotros.

Esta verdad se encuentra en la historia de Naamán. Naamán era un comandante de Siria sofisticado y poderoso. Tuvo toda la fama de las mujeres, los hombres lo respetaban, y tuvo toda la riqueza que uno podría imaginar. Pero a pesar de tener todas estas cosas, el texto nos dice: “pero a pesar de ser un poderoso guerrero, Naamán padecía de lepra” (2 Reyes 5:1). Para Naamán, sus murmuraciones prácticamente fueron: “si solo no tuviera esta lepra, estaría bien…”. ¿Pero por qué tuvo que sufrir de la lepra?

Podemos hacer la misma pregunta. ¿Por qué debo tener mi lepra (sufrimiento o dolor)? La respuesta es la siguiente: Llegamos a aceptar y encontrarnos con el Dios verdadero cuando algún tipo de sufrimiento o dolor (lepra) nos llama la atención para hacerlo. Por tanto, tu “si solo no tuviera… estaría bien”, no es una maldición sino una bendición ya que puedes tener la oportunidad de correr y depender de Dios por medio de ese sufrimiento o dolor. Los momentos de dificultad no deben ser el imán que te da la idea de buscar tu refugio en redes sociales, el celular, amistades o relaciones mundanas, el alcohol, drogas o placeres del mundo. El sufrimiento fue diseñado como el imán para que corras hacia Dios para buscar de Su ayuda y refugio.

En segundo lugar, cuando Naamán llegó a Eliseo para recibir la sanidad, Dios tuvo que destruir y despojar su orgullo para que fuese humilde. Cuando Naamán llegó con todas sus riquezas a Eliseo, el profeta envió un mensajero para que le dijera que se lavara siete veces en el río Jordán (2 Reyes 5:9-10). Al escuchar esto, Naamán se sintió rechazado y frustrado (2 Reyes 5:12). Luego, cuando decidió lavarse siete veces en el río recibió la sanación, deseó ofrecerle su dinero a Eliseo, pero el profeta se rehusó, y por esto, Naamán se sintió humillado (2 Reyes 5:16).

Podemos pensar que Dios está siendo cruel con Naamán al dejarlo tener lepra, y al hacerlo sentir el rechazo, frustración y humillación. No obstante, fue en el proceso que Dios humilló a Naamán que él quitó las capas de su orgullo. Dios estuvo quitando su dependencia y confianza en sí mismo, su orgullo en las riquezas que poseía, y su orgullo en su estado y éxito como comandante. Dios estuvo mostrándole a Naamán que su poder no era nada en comparación con el poder de Dios. En un sentido, Dios estuvo diciendo lo siguiente a Naamán: “Naamán, hay una lepra en tu corazón lo cual es el orgullo. Por medio de tu sufrimiento te haré humilde, y así, te sanaré y salvaré”. ¿Ves?, no era tanto la lepra física el problema sino su lepra espiritual. Con el tiempo, Naamán pudo ver esto y pudo conocer al Dios verdadero (Ahora sé que no hay Dios en todo el mundo, excepto en Israel - 2 Reyes 5:15).

Tienes que entender que tus murmuraciones, “si solo no tuviera… estaría bien”, no son una maldición, sino una bendición de Dios. Dios quiere usar tu sufrimiento y dolor para llamarte tal como lo hizo con Naamán. En el proceso tal vez te sentirás rechazado por Dios, frustrado, y humillado. Pero tienes que confiar que te está haciendo más humilde para que Él pueda enseñarte y guiarte (“Bueno y recto es el Señor; por tanto, Él muestra a los pecadores el camino. Dirige a los humildes en la justicia, y enseña a los humildes su camino” - Salmos 25:9). Deja que Dios use tu “lepra” para que Él pueda mostrarte Su amor, y al mismo tiempo, destruir y despojar tu orgullo para que puedas confiar en Él en humildad.

Copyright © 2023 por Daniel E. Seo. 

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