CUANDO SIENTES QUE DIOS NO TE PUEDE PERDONAR
Dios siempre te perdonará, porque Dios es siempre fiel y justo hacia ti y también a "Sí mismo".
Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonarnos los pecados y para limpiarnos de toda maldad. — 1 Juan 1:9 (NBLA)
Samuel E. Seo, Th. M. | 4 de mayo 2021
Una vez, un amigo me compartió su testimonio personal cuando aceptó a Jesucristo como su Salvador y Señor. El día cuando aceptó a Jesús, esa noche en su cama, justo antes de dormir, sin esperarlo sufrió una parálisis de sueño. Cuando comenzó la parálisis, inmediatamente, pudo sentir una presencia oscura, malvada, diabólica acercándosele y llenándolo de miedo. Se acercó a su lado y le dijo, “¿Tú crees que eres digno de ser un cristiano?” con un tono sentencioso lleno de odio y burla. En vez de responderle, empezó a orar y siguió clamando el nombre de Jesús. Casi inmediatamente después, le preguntó otra vez. “¿Tú crees que eres digno de ser un cristiano?” Mi amigo siguió orando y clamando el nombre de Jesús. Por tercera vez, le preguntó: ¿Tú crees que eres digno de ser un cristiano?” Mi amigo siguió ignorándolo y orando, clamando y rechazándolo en el nombre de Jesús. Después de esta tercera vez, el demonio se desapareció y mi amigo pudo mover su cuerpo de nuevo. Para él, esta experiencia fue impactante detrás de su decisión para servir a Dios. Actualmente, él está ministrando como pastor en Corea.
Una pregunta común del diablo
En una manera mucho más invisible, hay una pregunta muy similar que el satanás y sus demonios están haciendo a los cristianos todos los días, y la pregunta es: “¿Tú crees que puedes ser perdonado? Yo sé exactamente el horror que cometiste. Dios ya te perdonó por la septingentésima vez. Ya pasaste el límite hace mucho tiempo. ¿Todavía crees que puedes ser perdonado?” Aunque no puedes físicamente escuchar ese tono sentencioso lleno de odio y burla, probablemente muchos de ustedes se han sentido así. Te sientes increíblemente desanimado para acudir a Dios en confesión. Te sientes lleno de culpa y vergüenza. Te sientes indigno/indigna para buscar a Dios. Te sientes como si estuvieras insultando a Dios por aparecer otra vez con tu pecado delante de Su presencia después de todo el perdón que te ha dado.
¿Dios es fiel y justo hacia quién?
En momentos así, muchos cristianos agarran la maravillosa promesa de 1 Juan 1:9 para mantener su esperanza en el perdón de Dios en medio de todos los ataques del diablo. Dice: “Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonarnos los pecados y para limpiarnos de toda maldad” (NBLA). Pero la mayoría de los cristianos interpretan este versículo como lo siguiente: “Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo [hacia nosotros] para perdonarnos los pecados y para limpiarnos de toda maldad”. Creo que esa interpretación es correcta hasta a un punto, pero creo que también incluye la siguiente interpretación: “Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo [hacia Sí mismo] para perdonarnos los pecados y para limpiarnos de toda maldad”. Esta es una razón muchísimo más fuerte para asegurar nuestro perdón. ¿Por qué?
Cuando digo: “Él es fiel y justo [hacia Sí mismo]”, estoy hablando del Dios trino, es decir, Dios el Padre, Dios el Hijo y Dios el Espíritu Santo. Entonces, cuando digo: “Dios es fiel y justo [hacia Sí mismo] para perdonarnos”, lo que estoy diciendo es que, si confesamos nuestros pecados, las tres Personas de la Trinidad son fieles y justas hacia uno u otro por el bien de nosotros. Les doy solo cinco ejemplos de cómo se ve esto.
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El Padre siempre te perdonará, porque Él es siempre fiel y justo hacia Su Hijo Jesucristo quien le obedeció perfectamente cuando murió en la cruz e hizo posible el perdón de Dios.
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El Padre siempre te perdonará, porque Él es siempre fiel y justo hacia el Espíritu Santo quien todavía sigue obrando en tu vida para santificarte y cumplir Su voluntad de salvación.
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El Hijo siempre te perdonará, porque Él es siempre fiel y obediente hacia Su Padre para cumplir Su voluntad de salvación. Juan 6:37–39 dice: “37 Todo lo que el Padre me da, vendrá a Mí; y al que viene a Mí, de ningún modo lo echaré fuera. 38 Porque he descendido del cielo, no para hacer Mi voluntad, sino la voluntad del que me envió. 39 Y esta es la voluntad del que me envió: que de todo lo que Él me ha dado Yo no pierda nada, sino que lo resucite en el día final” (NBLA).
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El Hijo siempre te perdonará, porque Él es siempre fiel y justo hacia el Espíritu quien está perseverando para aplicar Su sangre en tu vida.
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El Espíritu Santo siempre te perdonará, porque Él es siempre fiel y justo hacia el Padre y el Hijo que le enviaron para obrar como nuestro Consolador. Jesús dice en Juan 14:16-17: “16 Entonces Yo rogaré al Padre, y Él les dará otro Consolador para que esté con ustedes para siempre; 17 es decir, el Espíritu de verdad, a quien el mundo no puede recibir, porque ni lo ve ni lo conoce, pero ustedes sí lo conocen porque mora con ustedes y estará en ustedes” (NBLA).
En palabras simples, nuestro Dios trino siempre nos perdonará, porque Su vínculo relacional entre el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo es absolutamente irrompible/inquebrantable. Por lo tanto, la promesa de Dios para darte el perdón es infinitamente fuerte como el infinito amor que vincula las tres Personas de Dios la Trinidad.
La ofensa por creer que no podemos ser perdonados
Cuando escuchas o sientes fuertemente a los demonios diciendo, “¿crees que puedes ser perdonado?”, ten mucho cuidado, porque cuando crees que Dios ya no puede perdonarte más, en un sentido, ¡eso es lo mismo que creer que Dios dejó de ser Dios! Eso es lo mismo que creer que tu pecado es más fuerte que el vínculo relacional entre el Padre, el Hijo, y el Espíritu Santo que hace posible el perdón. Aunque pensar que no puedes ser perdonado suena o se siente como que estás siendo humilde, en realidad, es un acto de arrogancia y orgullo que insulta supremamente la relación perfecta entre las tres Personas que obraron y están obrando juntos para hacer posible el perdón.
La buena noticia es que, en el momento que empiezas a orar para confesar tus pecados ante Dios, eso ya es evidencia de que Dios está dispuesto a perdonarte. ¿Por qué? Porque para poder confesar y buscar el perdón de Dios se requiere la ayuda del Espíritu Santo. Esa fuerza que te permite orar la primera palabra de confesión hacia Dios, esa fuerza que te mueve a postrarte en tus rodillas, esa fuerza que te permite tomar el primer paso para caminar a la iglesia para pedir perdón a Dios, esa emoción que brota en lágrimas cuando dices “perdóname…”, todo esto es por la ayuda del Espíritu Santo. Y si el Espíritu Santo está ayudándote, en ese momento, el Hijo será fiel y justo a lo que cumplió el Espíritu y mediará por ti ante el Padre, y el Padre será fiel y justo hacia Su Hijo y Su sacrificio y te perdonará. La fidelidad y la justicia de Dios hacia Sí mismo garantizará tu perdón.
Cuando sientes que Dios no te puede perdonar, ignorando todo el desánimo del diablo, cierra tus ojos y confiesa tu pecado a Dios. En el momento que tomas ese primer paso, ese es el comienzo de la garantía de que Dios te perdonará, porque Dios es siempre fiel y justo hacia ti y también a Sí mismo para perdonar tus pecados y para limpiarte de toda maldad. Amén.
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